Encontramos a Don Quijote, tendido en el suelo, y para levantarse, como no puede, no se le ocurre otra cosa que comenzar a recitar romances, creyéndose el protagonista de los mismo, en esto llega un labriego que le ha de socorrer, y el señor Quijada, que así parece que se llama en verdad nuestro hidalgo, le confunde con el marqués de Mantua y con el Alcaide de Antequera.
Percatándose el labrador de su locura, consigue llevarle a casa, donde están reunidos, el cura, el barbero, la sobrina y el ama de Don Quijote, que ya se han dado cuenta de que ha perdido el juicio a causa de la lectura y deciden hacer una pira con los libros de caballería, con tal de erradicar el mal.
Cuando llega a casa molido por la tunda que se ha dado al caer de Rocinante, le mente en la cama para que descanse, coma y se reponga.
Y así le dejamos, esperando saber que va a pasar con él y con sus amados libros.
Verdaderamente éste hombre ha perdido la cabeza, o acaso ¿la tenía perdida antes?
Veo que sigues avanzando y que te está gustando. Tendré que plantearme leer este libro al final.
ResponderEliminarUn beso
Si la verdad que se lee muy bien en este formato que ha propuesto Laky. Besos
EliminarQué cortitos son los capítulos! Dejan con ganas de seguir, ¿verdad?
ResponderEliminarBesotes!!!
Creo que es un buen formato para no saturarte, pero cuando termino los capítulos, siempre pienso, ay por que no sigo.... besos
EliminarTotalmente de acuerdo! a mí me ha enganchado y los capítulos vuelan!!!
ResponderEliminarComo son tan cortos, se te pasa volando el rato, te quedas con ganas de más. Besos
EliminarEs que este loco engancha!! ¿De dónde, sino, su éxito?
ResponderEliminarBesos
Cita
si si, algo tendrá no? Un abrazo.
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